El docente como profesional reflexivo

Pedir a los docentes que sean reflexivos es una obviedad. 
La reflexión esta en el ADN de la profesión docente. 
La cuestión, por tanto, no está en si debemos serlo o no. 
Lo que podemos preguntarnos es si, efectivamente,
lo somos o no en nuestra actuación y
en qué medida o con qué matices lo somos
Miguel Ángel Zabalza.


La capacidad de reflexión es una característica inherente a la condición humana. Por nuestra propia experiencia sabemos que todos podemos poner en ejercicio nuestra capacidad reflexiva espontáneamente sin necesidad de un aprendizaje explicito o formal.


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Todos los docentes hemos reflexionado en muchas ocasiones sobre nuestra práctica docente cuando situaciones problemáticas en nuestras aulas nos han sorprendido. Estos incidentes que han desencadenado nuestra reflexión son muy diversos: Conflicto. Dificultades de aprendizaje. Apatía, falta de participación. Actividad que no consigue su objetivo. Resistencia de los alumnos. Planificación inaplicable. Resultados de una prueba. Conversación con los colegas. etc. Esta reflexión suele ser natural, espontánea, improvisada y casual.

La educación es una actividad compleja que requiere toma de decisiones previamente deliberadas por medio de la reflexión que no se limita a indagar el contexto práctico donde se realiza sino que busca también el estudio profundo de la teoría para lograr que la actividad educativa sea una práctica verdaderamente reflexiva y crítica. Esta reflexión sobre la práctica docente cuando es aprendida, metódica, sistemática, instrumentada, premeditada e intencional es lo que se denomina Práctica Reflexiva, y los profesores que reflexionan de esta forma sobre su propia práctica, como una estrategia de desarrollo profesional, son profesores reflexivos. 

Reflexionar sobre nuestra práctica docente es un aspecto que hoy en día adquiere mayor relevancia, ya que permite enriquecer nuestra labor educativa para no transformarlo en actos repetitivos y rutinarios. Construir nuestra identidad como docentes es un proceso de aprendizaje relacional que se negocia cada día en el aula. (García Huidobro, 2014).

La profesión docente puede analizarse desde dos perspectivas diferentes, las que perciben al docente como un profesional técnico o como un profesional reflexivo.

El modelo de profesor técnico está sustentado en el paradigma técnico-positivista. Es un profesor con saberes aplicables, concretos, mensurables, susceptibles de una aplicación casi mecánica que le lleva a resolver las situaciones educativas a partir de recetas prefabricadas. La enseñanza que promueve este prototipo de docente es idéntica para todos sus alumnos, y las variaciones en función de los contextos son inexistentes. La enseñanza se afronta como actividad técnica y se apuesta un modelo de transmisión de conocimientos ya elaborados. (Domingo, 2020).

El modelo de profesor reflexivo es, en esencia, una persona que reflexiona sobre su práctica, que utiliza el conocimiento de una manera intuitiva, flexible, creativa y crítica, que tiene en cuenta el contexto y la singularidad de cada situación; que examina críticamente sus creencias y supuestos con el fin de identificar y probar nuevas alternativas de intervención. El hecho de considerar al profesor como un profesional reflexivo supone dar un paso importante en su profesionalización: así, de ver al profesor como un técnico, implementador de programas curriculares, cuya principal función era transmitir la cultura y valores sociales tradicionales a las nuevas generaciones de estudiantes, se pasa a conceptualizarlo como un profesional con adecuada preparación en conocimientos, capacidades, actitudes y valores, que no sólo consume conocimiento producido por la investigación educativa, sino que también es capaz de generarlo, reflexionando e investigando su práctica con la finalidad de comprenderla y mejorarla. (Latorre, 1992)

Los profesores también somos aprendices y aprender es un proceso constante en nuestra práctica profesional. Aprendemos desde las experiencias con nuestros estudiantes, de aquello que enseñamos y del cómo lo hacemos. Cada día se nos presentan nuevos desafíos y enfrentarlos desde la reflexividad ayuda a dar sentido a nuestro quehacer docente. Estos importantes aspectos comenzaron a promoverse con John Dewey (1989) y Donald Schön (1992, 1998).

El interés por desarrollar una práctica reflexiva tiene su origen en la urgente necesidad de educar y asumir que la educación requiere cambios, pues la nueva sociedad del conocimiento se encuentra en un incesante crecimiento globalizado.

El aprendizaje a lo largo de toda la vida es fundamental para que los docentes realicen su labor con eficiencia, y la práctica reflexiva es una de las formas de continuar aprendiendo. Los cambios en la forma de aprender, que afectan a los profesores en ejercicio, están acentuando la idea de que la responsabilidad de la formación recae cada vez más en los propios profesionales. Hacer de nuestras escuelas espacios en los que no sólo se enseña sino en los que los profesores aprenden, representa el gran giro que necesitamos (Marcelo, 2001).

¿Qué es la Práctica Reflexiva?

La Práctica Reflexiva es una competencia profesional docente del Área 1 Compromiso Profesional del Marco de Competencia Digital Docente DigCompEDU que la define así: Reflexionar, de modo individual y colectivo, sobre la práctica pedagógica digital personal de la propia comunidad educativa, evaluarlas de forma crítica y desarrollarlas de forma activa.

Existe una cierta confusión con el concepto de práctica reflexiva, algunos investigadores utilizan indistintamente los términos reflexión y práctica reflexiva y dan la impresión de que significan lo mismo, pero esto no es estrictamente correcto. La reflexión sobre la practica docente es parte de ella, pero a menos que el proceso de reflexión conduzca al aprendizaje y a cambios en su práctica, no se está produciendo Práctica Reflexiva.

La práctica reflexiva adquiere así la condición de medio fundamental para la transformación de la práctica educativa. Si la formación del profesorado es únicamente transmisión de conocimientos, el impacto sobre la práctica resulta escaso. Es en el momento en que el profesor reflexiona sobre su manera de hacer cuando se favorece la mejora de los aprendizajes del alumnado y, en consecuencia, la mejora de los resultados del centro.

La enseñanza no es un asunto técnico. Todo lo contrario. Es algo profundamente ligado a la acción y a la práctica. Es una práctica racional, reflexiva e intencional pero también subjetiva y altamente incierta. Requiere por parte de los profesionales de improvisación, conjetura, experimentación y, de una continua reflexión sobre, desde y en la práctica (Schön, 1998). Cualidades muy alejadas de una concepción puramente técnica de la enseñanza.

Según Hegarty (2011) La práctica reflexiva es un proceso asociado con el aprendizaje profesional, que  incluye la reflexión efectiva y el desarrollo de la metacognición, y conduce a decisiones para la acción, el aprendizaje, el logro de objetivos y los cambios en la práctica inmediata y futura.

Domingo (2020) define la Práctica Reflexiva como un modelo de aprendizaje profesional cuyos elementos principales de partida son las experiencias de cada docente en su contexto y la reflexión sobre la propia práctica. Se trata de un opción formativa que parte de la persona y no del saber teórico, que tiene en cuenta la experiencia personal y profesional para la actualización y mejora de la tarea docente.

Así la Práctica Reflexiva se sustenta en estos tres ejes fundamentales:
  1. La experiencia personal. Fuente de saberes adquiridos que hay que ampliar, actualizar y revisar para seguir aprendiendo en el marco del desarrollo profesional.
  2. El escenario profesional. En el que se aplican los conocimientos y se activan las competencias docentes para resolver las situaciones concretas que plantea la profesión.
  3. La reflexión. Como elemento que articula la teoría y la práctica
Hay que incluir también, según la definición de Hagerty, la metacognición para que los profesores dominen las estrategias metacognitivas de autoevaluación, autorregulación, control y supervisión de su actividad docente. 

Como comentan Rodríguez, Aparicio and Abraham (2020) Un modo de lograr este aprendizaje, el desarrollo de las estrategias metacognitivas, en el profesor es promover en él una reflexión sobre algunos aspectos de su propia práctica docente, de manera que comience por ser conscientes de estas estrategias para pasar a automatizarlas.

Para cambiar la escuela es necesario que las prácticas docentes cambien. Y para que estas cambien se precisa de un profesorado capaz de reflexionar, analizar e indagar su práctica docente, que se constituya en investigador de su propia práctica profesional (Latorre, 2003)

El movimiento de la práctica reflexiva que se ha desarrollado en los últimos años en la enseñanza y en la formación del profesorado bajo la divisa de la reflexión, se puede considerar como una reacción contra la visión de los profesores como técnicos que solo se dedican a transmitir lo que otros, desde el exterior de las aulas, quieren: un rechazo a las reformas educativas de arriba a abajo que convierten a los profesores en meros participantes pasivos. Supone el reconocimiento de que los profesores son profesionales que tienen que desempeñar un papel activo en la formulación de los objetivos y fines de su trabajo y los medios. El reconocimiento de que la enseñanza ha de volver a ponerse en manos de los profesores.

Modelos para desarrollar la Práctica Reflexiva

Existen muchos modelos para apoyar la Práctica Reflexiva, (https://revistas.up.edu.mx/RPP/article/view/1671). Hay modelos de desarrollo individual y modelos de desarrollo grupal.

Metodo R4: Práctica Reflexiva individual

El Métodos R4 (Domingo, 2014) de Práctica Reflexiva, es una sistematización metodológica que permite aprender a investigar la propia práctica profesional y que potencia el desarrollo profesional de quien lo utiliza. El modelos tiene cuatro fases consecutivas de reflexión individual y su estructura es circular. Es individual y no colaborativa. Requiere solamente la implicación del docente protagonista y no contempla la perspectiva de otras miradas.


  • R1: Seleccionar una situación práctica del aula que se quiera analizar. Puede tratarse una actuación que ha conducido a un fracaso o a un éxito, un resultado positivo o negativo.
  • R2. Reconstruir el hecho a posteriori. Para ello es necesario recordarla y escribirla. Escritura reflexiva. Destacar aquello que ha actuado como detonante y ha obligado al docente a salir de su rutina y a reflexionar en plena acción para realizar cambios, tomar decisiones y replantear su acción y cuestionarse su planificación inicial.
  • R3. Reflexión individual autorregulada. En esta fase se aconseja la secuencia reflexiva del profesional reflexivo de Schön (1987).
    • Conocimiento en la acción. Conocimiento y bagaje formativo personal de cada docente que se pone en acción de forma espontánea en la acción profesional y que no es explicito.
    • Reflexión en la acción. Cuando un desencadenante provoca que el docente, sin detener la acción haya de cambiar su rutina. El detonante que ha captado le hace reflexionar mientras actúa, revisar, decidir qué hacer, y decidir cómo intervenir y solucionar un problema práctico inesperado.
    • Reflexión sobre la "reflexión en la acción". Se analiza a posteriori la reflexión sobre la acción y se decide cómo mejorar la intervención.
  • R4. Mejorar la propia práctica 
    • ¿Qué aprendizaje he obtenido de esta reflexión metodológica?
    • ¿Con qué conocimientos teóricos relaciono este caso?
    • ¿Cómo modifica esta experiencia mis conocimientos teóricos?
    • ¿qué nuevas necesidades formativas he identificado en esta Práctica reflexiva?
    • Si volviera a repetirse este caso o parecido, ¿variaría en algo mi intervención como resultado de la práctica reflexiva llevada a cabo?
    • ¿Cómo resumiría en una frase el aprendizaje logrado si tuviera que transmitirlo a un colega?

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Dialogo de profesores sobre la Práctica Reflexiva

 ¿Qué es la práctica reflexiva?

Mónica Leal: La práctica reflexiva consiste en cuestionar las propias creencias y valores para ver su validez y estar abierto a reflexionar y evaluar la exactitud de esas creencias y a cambiar para mejorar el desarrollo profesional.

Carlos Martínez: Creo que la práctica reflexiva es cuando piensas por qué estoy haciendo algo y cómo funciona. Así que diría que es un gran cambio respecto a cómo eran los profesores tradicionales. Diría que es una gran diferencia. En muchos libros se habla de esta gran diferencia entre la teoría y la práctica, y creo que eso está cambiando. Creo que ahora los profesores tendrán que ser también investigadores. Tenemos que investigar y aplicar las teorías, adaptar estas teorías porque no hay una única verdad y todo tiene que ser adaptado, cada teoría tiene pros y contras dependiendo del contexto particular donde la apliques.

Paola Stockton: Para mi personalmente, la práctica reflexiva es el corazón palpitante de la enseñanza. Sin ella, un profesor se estanca, se muere. Hay que seguir ajustando, pensando, pero no sólo pensando. Hay que recurrir a recursos para ver lo que otros han dicho. Así que para mí, la investigación y la lectura son importantes. No mucha investigación, mucha lectura, pero sí leer sobre los puntos clave, incluso sólo ver un pequeño vídeo que te muestre cómo -como una vez que ves un área de mejora- cómo mejorar, pero no es un proceso sencillo. Puede ser desordenado, así que no vas a obtener la respuesta o la solución para el problema inmediatamente, puede que te lleve varios intentos, tentativas para conseguirlo, con suerte, bien.

Nivedita Bose: Así que la práctica reflexiva consiste básicamente en pensar en tu propio trabajo, en cómo lo estás haciendo y en cómo puedes mejorarlo, y siempre hay un margen de mejora, por lo que tienes la mente lo suficientemente abierta como para asumir nuevos retos y mejorarte a ti mismo todo el tiempo.

¿Qué significa ser un practicante reflexivo?

Mónica Leal: Para mí, ser un profesional reflexivo significa cuestionar mis valores y creencias y ver cómo puedo mejorar mi práctica para la realización profesional y para el beneficio de mis estudiantes.

Nivedita Bose: Como profesional reflexivo, siempre buscaría formas de mejorar su práctica, por lo que pediría opiniones. Buscarías nuevas investigaciones, probablemente, nuevas teorías, y tratarías de ver si tu práctica está en algún lugar alineada con eso, y, por supuesto, tratarías de experimentar con cosas nuevas para mejorar tu práctica.

¿Qué es el ciclo de reflexión?

Paola Stockton: Resumiendo, el ciclo reflexivo es primero enseñar, reflexionar, actuar y aplicar.

Referencias bibliograficas

  • Anijovich, R. and Capelletti, G. (2018). La práctica reflexiva en los docentes en servicio. Posibilidades y limitaciones. Espacios en Blanco. Revista de Educación, [online] (28), pp.74–92. Available at: https://www.redalyc.org/journal/3845/384555587005/html/#redalyc_384555587005_ref45 [Accessed 21 Mar. 2022].
  • Dewey, J. and Caparrós,A. (1989). Cómo pensamos : nueva exposición de la relación entre pensamiento reflexivo y proceso educativo. Barcelona: Paidós.
  • Marcelo, C. (2001). Aprender a enseñar para la Sociedad del Conocimiento. [online] Revista Complutense de Educación. Vol. 12 N m. 2 (2001) 531-593. Available at: https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/download/RCED0101220531A/16749 [Accessed 2022].
  • Rodríguez, M., Aparicio, J.J. and Abraham, C. (2020). Formación permanente del profesorado : fundamentos pedagógicos, líneas estratégicas y acciones formativas para lograr un profesorado de calidad. Madrid: Pirámide.
  • Latorre, A. (2003). La investigación-acción : conocer y cambiar la práctica educativa. Barcelona: Graó.
  • Schön, D.A. (1998). El Profesional reflexivo : cómo piensan los profesionales cuando actúan. Barcelona: Paidós.
  • Hegarty, B. (2011). Un marco para guiar el aprendizaje profesional y la práctica reflexiva. Tesis de Doctor en Educación, Facultad de Educación, Universidad de Wollongong. Recuperado de http://ro.uow.edu.au/theses/3720.
  • Latorre, A. (1992). El profesor reflexivo: Un nuevo modelo de profesional de la enseñanza. Revista Investigación Educativa, 19, pp 51-68.
  • Domingo, A. ed., (2020). Profesorado reflexivo e investigador : propuestas y experiencias formativas. Madrid: Narcea.
  • García Huidobro, R. (2014). ¿Cómo ser docentes reflexivos? [online] Grupo Educar. Available at: https://www.grupoeducar.cl/noticia/como-ser-docentes-reflexivos/ [Accessed 17 Apr. 2022].

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