Un nuevo contrato social para la educación

El informe de la UNESCO “Reimaginar juntos nuestros futuros, un nuevo contrato social para la educación” pretende abrir un debate mundial sobre como debe replantearse la educación en un mundo de creciente complejidad, incertidumbre y fragilidad y reconoce el poder de la educación para provocar un cambio profundo. (Unesco, 2021).

La Educación Desnuda

La UNESCO ha elaborado varios informes mundiales para replantearse el papel de la educación en momentos clave de transformación social. El primero de estos informes, el informe de la Comisión Faure Aprender a ser: El mundo de la educación hoy y mañana, de 1972, seguido por el informe de la Comisión Delors, publicado en 1996: La Educación encierra un tesoro. Ambos informes fueron esclarecedores y tuvieron una gran influencia, pero el mundo ha cambiado de forma significativa en los últimos años.

El último cambio ha sido provocado por la pandemia, un “incidente crítico” según Monero (2010) a nivel global, que ha dejado a la “Educación desnuda” y ha alterado los procesos de enseñanza aprendizaje a nivel mundial y en todas las etapas educativas. Nos ha colocado delante de un espejo en el que nos hemos visto reflejados, dándonos la oportunidad de repensar lo que somos y lo que hacemos, como docentes, como gestores educativos, como padres y madres, como estudiantes o como simples ciudadanos preocupados por la educación. (Pozo, 2021).

El cierre de las escuelas a nivel mundial ha puesto de manifiesto las debilidades de los sistemas educativos y, sin embargo, hemos vuelto a la “normalidad” sin realizar ningún cambio, sin abordar los retos y desafíos educativos pendientes. Esta era de complejidad, incertidumbre y cambio acelerado requiere seres humanos cada vez más flexibles, reflexivos y empáticos; mejor preparados para indagar, pensar y actuar de manera cooperativa en escenarios tan inciertos y complejos. (Pérez y Soto, 2021).


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La educación como un proyecto público y un bien común

El informe “Reimaginar juntos nuestros futuros, un nuevo contrato social para la educación” propone un nuevo contrato social para la educación que debería basarse en los derechos humanos y en los principios de no discriminación, justicia social, respeto a la vida, dignidad humana y diversidad cultural. Debe incluir una ética del cuidado, reciprocidad y solidaridad. Debe reforzar la educación como un proyecto público y un bien común.
No se trata de un manual ni de un modelo, sino de un punto de partida para una conversación fundamental.

La educación se enfrenta a un doble reto:
  • Cumplir la promesa de garantizar el derecho a una educación de calidad para todos (niños, jóvenes y adultos).
  • Aprovechar plenamente el potencial transformador de la educación como vía para un futuro colectivo sostenible.
La educación puede considerarse un contrato social, un acuerdo implícito entre los miembros de una sociedad de cooperar para obtener un beneficio común. El punto de partida es una visión común de los fines públicos de la educación. Un nuevo contrato social para la educación debe permitirnos pensar diferente sobre el aprendizaje y las relaciones entre los alumnos, los docentes, el conocimiento y el mundo.

Reimaginar juntos nuestros futuros


El informe de la UNESCO “Reimaginar juntos nuestros futuros, un nuevo contrato social para la educación” se articula en tres partes y varios capítulos.

En la primera parte, Entre promesas pasadas y futuros inciertos, reflexiona sobre los futuros de la educación analizando en qué punto se encuentra la educación y los futuros a los que apuntan los retos actuales y las transformaciones emergentes. Dedica un capítulo a analizar los avances logrados en la educación en los últimos 50 años y en el siguiente analiza las transformaciones emergentes en cuatro áreas clave: el medio ambiente, la tecnología, la esfera política y el futuro del trabajo.

En la segunda parte, Renovar la educación, el informe reflexiona en varios capítulos sobre la necesidad de nuevas pedagogías, nuevos enfoques de los planes de estudio, un nuevo compromiso con los profesores, una nueva visión de la escuela y una nueva apreciación de los tiempos y los espacios de la educación.

En la tercera parte, Por un nuevo contrato social para la educación, propone que un nuevo contrato social para la educación implica enfoques renovados que la refuercen como un proyecto público y un bien común, protejan los conocimientos comunes, y reconoce que una serie de organismos gubernamentales y no estatales deben trabajar juntos para cumplir con los compromisos incumplidos del pasado y liberar el potencial transformador de la educación en el futuro. 

El informe recoge el papel que deberían tener las Universidades en este nuevo contrato social para la educación, y propone elementos para el diálogo.

Las universidades y otras asociaciones tendrán un papel clave en la investigación y la innovación para apoyar la renovación de la educación como bien común y la construcción conjunta de un nuevo contrato social para la educación. Por otra parte, es importante reformular el papel de las organizaciones regionales e internacionales de desarrollo de la educación en la configuración del tipo de cooperación y de solidaridad internacionales que necesitaremos de cara a 2050.

Propuestas para renovar la educación

La pedagogía debe basarse en la cooperación y la solidaridad, desarrollando las capacidades de estudiantes y docentes para trabajar juntos en un espíritu de confianza para transformar el mundo.  Reimaginar el futuro juntos exige pedagogías que fomenten la cooperación y la solidaridad. 
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 Cómo aprendemos debe estar determinado por el por qué y el qué aprendemos
El aprendizaje basado en proyectos y resolución de problemas ofrece muchas oportunidades de aprendizaje auténtico y relevante y optimiza nuestro interés natural por el conocimiento y la comprensión.

Para algunos profesores de educación secundaría la pedagogía es un jerga acrítica y acientífica y defienden los contenidos y la memoria. Para defender esto no es necesario cargar con un amplio corpus de conocimientos generados por investigaciones en pedagogía y psicología cognitiva. Todos estamos de acuerdo en la necesidad de los contenidos y la memoria, son el qué aprender, y el cómo aprendemos está determinado por el por qué y el qué.

Estas ideas antipedagógicas no resuelven los retos a los que se enfrenta la escuela de talla única inspirada en los propósitos de la ilustración y la industrialización. Es cierto que, en el último medio siglo, se ha avanzado de manera muy significativa en el desarrollo de un discurso pedagógico potente y fundamentado, pero, salvando valiosas y minoritarias excepciones, nuestras prácticas docentes siguen las inercias de esta obsoleta escuela heredada. 

Por ello, será imprescindible y urgente repensar de manera radical la teoría y la práctica del currículum, la enseñanza, la evaluación y la propia escuela como institución, y promover una nueva cultura pedagógica para cultivar la sabiduría crítica y práctica y potenciar decididamente la estrategia de aprender juntos a arriesgarnos a vivir la vulnerabilidad y promover la resiliencia en tiempos de complejidad e incertidumbre. (Pérez y Soto, 2021)

Reimaginar enfoques pedagógicos

El informe propone reimaginar enfoques pedagógicos porque:

Toda pedagogía consiste en una relación. Tanto los profesores como los alumnos se transforman a través del encuentro en un marco pedagógico mientras aprenden unos de otros.

Los alumnos, los profesores y el conocimiento forman el clásico triángulo pedagógico. La enseñanza y el aprendizaje se nutren y contribuyen al saber común.

Juntos, los docentes y los alumnos deben formar una comunidad de investigadores y constructores del saber que se nutra de los bienes comunes de la humanidad y contribuya a ellos.

Los alumnos no pueden ni deben ser espectadores pasivos de lo que ocurre en el aula. Tienen que participar activamente junto con su profesor en la enseñanza y el aprendizaje. Solo así conseguiremos aprendizajes memorables que perduren en el tiempo.

Renovar la misión de la enseñanza superior

En este capítulo el informe hace un llamamiento a la Universidad para renovar la misión de la enseñanza superior y comenta:

Junto con la producción de conocimiento y la divulgación, la educación forma parte de la misión central de una universidad, pero en muchos lugares se ha descuidado en las últimas décadas como consecuencia de las formas de organización, acreditación y financiación de la enseñanza superior.

La pedagogía ha pasado a un segundo plano en muchas universidades. Es posible que las universidades del futuro sigan este camino delegando las tareas de enseñanza a otras instituciones o a centros especiales equipados con sofisticadas tecnologías basadas en IA.

También es posible imaginar un futuro de renovación universitaria en el que la misión educativa intergeneracional sea central y se plantee en relación con el conocimiento y la investigación.

Para renovar la misión educativa de la educación superior es necesario tener fuertes conexiones con la educación primaria y secundaria y comprometerse con estrategias pedagógicas, más allá de la clase tradicional y el modelo de transmisión que implica.

Que se puede hacer o sobre qué puede dialogar la Universidad

El trabajo cooperativo entre estudiantes, el desarrollo de proyectos de investigación, la resolución de problemas, el estudio individual, el diálogo en seminarios, el estudio de campo, la escritura, la investigación-acción, los proyectos comunitarios deben impregnar la educación superior. Para devolver la pedagogía a un primer plano, es necesario dar mayor valor a la labor docente de los profesores y apoyar su aprendizaje y su crecimiento pedagógico.

Los planes de estudio deberían crecer a partir de la riqueza del conocimiento común y adoptar un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que ayude a los estudiantes a acceder y producir saber al tiempo que desarrollan su capacidad para criticarlo y aplicarlo. 
Para renovar la misión educativa de la educación superior es necesario tener fuertes conexiones con la educación primaria y secundaria y comprometerse con estrategias pedagógicas, más allá de la clase tradicional y el modelo de transmisión que implica
Es importante frenar la difusión de información errónea mediante una alfabetización científica, digital y humanística que refuerce la capacidad de distinguir la mentira de la verdad. En los contenidos, métodos y políticas de educación deberíamos promover la ciudadanía activa y la participación democrática.

La educación superior tiene un papel clave que desempeñar en el refuerzo de los conocimientos comunes. Las universidades albergan gran parte del potencial mundial para la generación de conocimiento e investigación. La ciencia y el acceso abiertos encuentran un buen aliado en las instituciones de educación superior dedicadas al avance de la investigación, la innovación y la producción de saber junto con la educación de las futuras generaciones de investigadores y profesionales.

Las universidades albergan gran parte del potencial mundial para la generación de conocimiento e investigación. La ciencia y el acceso abiertos encuentran un buen aliado en las instituciones de educación superior dedicadas al avance de la investigación, la innovación y la producción de saber junto con la educación de las futuras generaciones de investigadores y profesionales. La educación superior debe ser una firme defensora del acceso libre y abierto al conocimiento y la ciencia.

Profesión colaborativa

La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes de productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social. 




Este capítulo comienza con la reformulación del trabajo de docente como una “profesión colaborativa”, que prospera, evoluciona y funciona a través del trabajo en equipo y de especialistas que refuerzan la dimensión polifacética de la educación para alumnos diversos.

Cuando se reconoce a los profesores como profesionales reflexivos y productores de saber, estos contribuyen a aumentar los conocimientos que hacen falta para transformar los entornos educativos, las políticas, la investigación y la práctica, dentro y fuera de su propia profesión.

La enseñanza no consiste en que una persona dirija a un alumno a través de actividades o lecciones en un aula cerrada. Por el contrario, tenemos que pensar en la enseñanza como un trabajo que se realiza en toda la escuela y junto con otros educadores. La transición desde un enfoque centrado en las aulas a las escuelas como organizaciones de aprendizaje no siempre es fácil.

Los docentes y la investigación en educación

Uno de los aspectos más críticos sobre los que deben reflexionar los docentes es su relación con el conocimiento. Para algunos, lo más importante es un excelente dominio de las asignaturas que se enseñan. Para otros, los conocimientos didácticos y pedagógicos se sitúan en un primer plano. Un tercer tipo de saber es el conocimiento profesional de la enseñanza. En cualquier profesión, los profesionales contribuyen a generar y hacer público el conocimiento especializado, a menudo como resultado de la experimentación sistemática, la evaluación de la experiencia y la práctica.

El conocimiento basado en la práctica es vital para la configuración de una profesión en la que los docentes se ven como profesionales reflexivos. A nivel personal, el conocimiento profesional de la enseñanza tiene dimensiones intuitivas, prácticas y relacionales. El trabajo docente colaborativo integra de forma natural una dimensión de reflexión y puesta en común entre compañeros. Cada vez más, esta puesta en común puede plasmarse por escrito, asumiendo los profesores la autoría.

Una profesión no solo necesita registrar su patrimonio, sus experiencias y sus prácticas; también necesita identificar nuevas fronteras para la investigación y la innovación, definir preguntas y buscar las respuestas. Cuando se reconoce a los profesores como profesionales reflexivos y productores de conocimientos, estos contribuyen a aumentar el saber necesario para transformar los entornos educativos, las políticas, la investigación y la práctica, tanto dentro como fuera de su propia profesión.
La clave del informe es que expande el derecho a la educación a toda la vida y que considera que las instituciones educativas, en especial las universidades deben ser co-creadoras con el resto de la sociedad de sus objetivos y respuestas, orientadas a la consecución del bien común


Las relaciones continuas de las universidades con los docentes

Existe un vínculo íntimo entre la enseñanza superior y la profesión docente y las nuevas configuraciones institucionales deberían plasmar esta conexión. La idea de reimaginar juntos nuestros futuros debería traducirse en un compromiso de colaboración y cooperación entre escuelas, profesores y universidades en la formación inicial del profesorado y el desarrollo profesional continuo.

La educación superior es capaz de desafiar y dar forma a las mentalidades y pedagogías de la próxima generación de educadores. A su vez, los educadores pueden ayudar a las universidades a transformarse, renovar su misión pública y comprender mejor el papel que desempeñan en ecosistemas educativos más amplios.


Las escuelas deberían ser lugares educativos protegidos, ya que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y también deberían reimaginarse con miras a facilitar aún más la transformación del mundo hacia futuros más justos, equitativos y sostenibles.

Las escuelas deben ser sitios que reúnan a grupos diversos de personas, ofreciéndoles desafíos y oportunidades que no existen en ninguna otra parte. Hay que aportar las modificaciones necesarias a las arquitecturas, los espacios, los horarios y las agrupaciones de alumnos de las escuelas.
La educación superior es capaz de desafiar y dar forma a las mentalidades y pedagogías de la próxima generación de educadores. A su vez, los educadores pueden ayudar a las universidades a transformarse, renovar su misión pública y comprender mejor el papel que desempeñan en ecosistemas educativos más amplios
Las tecnologías digitales deberían tener como objetivo apoyar a las escuelas, y no sustituirlas. Las escuelas deberían forjar los futuros a los que aspiramos garantizando los derechos humanos y convirtiéndose en ejemplos de sostenibilidad y neutralidad en carbono.

Deberíamos disfrutar y acrecentar las oportunidades educativas que surgen a lo largo de la vida y en diferentes entornos culturales y sociales.

En todo momento de la vida, las personas deberían tener oportunidades educativas significativas y de calidad. Deberíamos conectar los lugares naturales, físicos y virtuales de aprendizaje, aprovechando al máximo las mejores características de cada uno.

La clave del informe es que expande el derecho a la educación a toda la vida y que considera que las instituciones educativas, en especial las universidades deben ser co-creadoras con el resto de la sociedad de sus objetivos y respuestas, orientadas a la consecución del bien común.

Nota: Este articulo ha sido mi contribución a la Asociación Espacios de Educación Superior. Podéis ver su publicación en el siguiente enlace https://www.espaciosdeeducacionsuperior.es/08/03/2023/un-nuevo-contrato-social-para-la-educacion/

Referencias

Monereo, C. (2010). La formación del profesorado: una pauta para el análisis e intervención a través de incidentes críticos. Revista Iberoamericana de Educación, 52(52), 149–178. https://doi.org/10.35362/rie520615.

Pérez Gómez, A. I. y Soto Gómez, E. (2021). Aprender juntos a vivir y explorar la complejidad. Nuevos marcos pedagógicos de interpretación y acción. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 19(4), 13-29. https://doi.org/10.15366/reice2021.19.4.001

Pozo, I. (2020). La educación está desnuda. SM.

UNESCO. (2021). Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación. Comisión Internacional Sobre Los Futuros de La Educación.
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379707.locale=es

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